Tócate un huevo...

Cansado de la DGT y su estupendo séquito de anormales que trabajan a sus órdenes. La Guardia Urbana de Barcelona, aquélla que debe velar por la seguridad de sus ciudadanos y contribuyentes. Que gran farsa. Es fácil comprobar con una llamada, al seguro pertinente, cuántos accidentes ha tenido una persona. En mi caso 0 y con 100.000 kilómetros recorridos todos y cada uno de ellos en el Área Metropolitana de Barcelona. Nunca poniendo en juego la vida de nadie, en este último mes he recibido dos multas, las más injustas de mi vida.  

Una en el Estadi Olímpic de Montjuïc, en el partido de cuartos de final de la Uefa´s Cup. Con millares de motos aparcadas, obviamente de forma incorrecta, la mía fue la elegida para depositar el fantástico papel amarillo. Gracias. Hace dos días me enteré que a un motorista de la ciudad de Barcelona, feliz fiel seguidor del Espanyol,  un Guardia Urbano le advirtió que a las 23h no eran horas de tocar el claxon. Correcto. No obstante el ciudadano le preguntó amablemente, por qué él no podía, si el 20 de Mayo de 2006 en la calle de su vivienda le perturbaron, estando en vilo hasta altísimas horas de la madrugada, por los gritos, las sirenas y los cláxons de miles de personas, el Guardia le espetó, el Barça es otra cosa. Ah y nosotros sin saberlo, tócate un huevo pienso. Ah y eso a mi, no me lo dice a la cara.

Hoy me entero leyendo El Periódico de Catalunya, “multado por comer un croissant mientras conducía”, tócate un huevo pienso. Pues de esta noticia me enteraba mientras otro Guardia Urbano, de mi ciudad, me ponía una multa de 100€ y me quitaba tres puntos por ir, exactamente durante 200 metros, de Maternidad (Trv. Les Corts) hasta la Gran Via de Carlos III, con el casco sin abrochar, por dios, dónde más tengo que contribuir para que dejen de joderme.